Vender en Amazon es aceptar a pies juntillas todas y cada una de las normas que rigen su plataforma, a veces unas normas cambiantes, férreas y en muchas ocasiones déspotas.
Amazon cobrará dinero por todo. No dejará nada sin explorar. Muchas veces los cargos son más que justificados pero estos redundará en la constante merma de nuestro margen comercial por ello es imprescindible el disfrutar de unos márgenes holgados no inferiores al 20% para no ahogarnos al intentar conquistar el territorio Amazon.
Amazon no tiene competencia en occidente, los intentos de llegar a establecer una respuesta por parte de otros competidores han sido de momento del todo infructuosos.
Amazon suena al consumidor como un «lo tienen todo», «son baratos», «lo pido y lo tengo mañana» en cierta medida esto es así, pero no siempre. Por ejemplo, no son los más baratos porque vender a través de Amazon supone no menos de un 8% de comisión sobre las ventas y el vendedor tras un tiempo de promoción acaba reflejando este cargo al precio de venta del cliente.
Para vender nuestros productos en dicha plataforma deberemos publicar nuestro catálogo de productos en Amazon y con ello aceptamos la cesión de todo nuestro catálogo a Amazon sin excepciones ni peros, publicar nuestros productos en Amazon implica la cesión de todos los contenidos que publiquemos, es decir de los textos y de las imágenes. Ten en cuenta que incluso cuando eliminemos un producto de Amazon ellos podrán continuar dar uso a esas descripciones y fotografías libremente.
La competencia, la feroz competencia hará siempre presencia más temprano que tarde, nos batirá nuestros precios y nos veremos obligados a bajarlos. Entrar a vender en Amazon es entrar en una posible guerra de precios contra otros vendedores, contra los propios fabricantes y contra la propia Amazon.